Nuestro cerebro actúa cómo un filtro que limita nuestras capacidades psíquicas
El cerebro humano, junto con el sistema nervioso, exhibe facultades asombrosas que nos capacitan para interpretar nuestro entorno de maneras diversas, ya sea a través del tacto, el gusto, el sonido, el olfato o la vista. Sin embargo, surge la interrogante: ¿podría nuestro cerebro, en su magnificencia, imponer límites a nuestra capacidad perceptiva?
Aldous Huxley planteó la idea de que nuestro cerebro podría desempeñar el papel de una "válvula reductora", limitando nuestro acceso a una vasta cantidad de información que poseemos teóricamente a través de habilidades como la telepatía y la clarividencia, las cuales él denominaba "PSI".
Esta sugerencia encuentra sus raíces en las reflexiones del filósofo C.D. Broad, quien, a su vez, hacía referencia a una propuesta formulada por Henri Bergson. Según Bergson, la función del cerebro, del sistema nervioso y de los órganos sensoriales es esencialmente eliminativa, en lugar de productiva.
Bajo esta perspectiva, se plantea la idea de que en cualquier momento, cada individuo posee la capacidad de recordar todo lo que ha experimentado y de percibir todo lo que ocurre en cualquier rincón del universo. Sin embargo, la función esencial del cerebro y del sistema nervioso radica en prevenir que nos sintamos abrumados y confundidos por la abrumadora cantidad de conocimiento, en gran parte inútil e irrelevante. Este proceso implica excluir la mayor parte de lo que, de otro modo, percibiríamos o recordaríamos en cualquier instante, permitiendo únicamente una selección mínima y especializada que probablemente sea práctica y útil en la realidad cotidiana.
Aldous Huxley sostuvo la creencia de que las sustancias psicodélicas ofrecían una vía para "abrir" esta válvula reductora y permitirnos experimentar un espectro más amplio de entradas sensoriales.
En un artículo reciente publicado en la revista Cortex, titulado "Enhanced Mind-Matter Interactions following rTMS induced Frontal Lobe Inhibition" (Interacciones Mente-Materia Mejoradas después de la Inhibición del Lóbulo Frontal Inducida por rTMS), los investigadores llevaron a cabo un seguimiento de un estudio anterior. Este estudio se centraba en un modelo neurobiológico basado en la sugerencia de Bergson, donde los lóbulos frontales del cerebro actúan como un filtro para inhibir la información PSI. Los resultados del estudio mostraron interacciones significativas entre la mente y la materia en dos individuos con lesiones en los lóbulos frontales. Este hallazgo podría brindar respaldo experimental a la idea de que la "válvula reductora" puede ser manipulada para expandir nuestras experiencias sensoriales.
Uno de los participantes presentaba neumoencéfalo a tensión (NT), mientras que el otro mostraba demencia frontotemporal variante conductual asociada a una mutación en el gen C9ORF72.
La tarea experimental se centró en influir en la salida de un Generador de Eventos Aleatorios (Random Event Generator), que se traduce en el movimiento de una flecha en la pantalla de un ordenador, ya sea hacia la derecha o hacia la izquierda.
En comparación con una cuidadosa condición de control diseñada, ambos individuos exhibieron un efecto significativo al desplazar la flecha en la pantalla hacia el lado opuesto de la superposición de su lesión primaria, es decir, hacia la derecha. Este hallazgo sugiere una conexión intrigante entre las lesiones cerebrales específicas y la capacidad de influir en eventos aleatorios, revelando posibles implicaciones para nuestra comprensión de la relación entre la estructura cerebral y la influencia en fenómenos aparentemente aleatorios.
¿Actúa el cerebro como un filtro para inhibir la PSI? - Científicos ponen a prueba esta hipótesis
A raíz de los resultados previos, los investigadores emprendieron un nuevo estudio para verificar si la región frontal del cerebro funciona como un filtro que inhibe la Percepción Extrasensorial (PSI). Para llevar a cabo esta evaluación, recurrieron a la estimulación magnética transcraneal (EMT) repetitiva, induciendo lesiones cerebrales reversibles específicamente en la región frontal media izquierda de participantes sanos. Este enfoque permitió examinar las capacidades PSI en un grupo más amplio de individuos.
El total de participantes ascendió a 108, distribuidos en tres grupos de 36 cada uno. Estos grupos se conformaron para realizar pruebas en el lado izquierdo del cerebro, pruebas en el lado derecho del cerebro y un grupo de control con una "prueba simulada". Cada participante se sometió a 500 ensayos, presentados en bloques de 100 ensayos, durante aproximadamente 10 minutos. En estos ensayos, intentaron desplazar una flecha hacia la izquierda en la mitad de las pruebas y hacia la derecha en la otra mitad.
Tras completar los 1.000 ensayos y abandonar la sala, se llevaron a cabo otros 1.000 ensayos sin la presencia humana en la sala, con el objetivo de mover las flechas. Este meticuloso diseño experimental buscaba arrojar luz sobre la posible influencia de las lesiones cerebrales inducidas en la región frontal sobre las capacidades PSI, explorando las respuestas en una variedad de condiciones y escenarios.
Al concluir el experimento, los investigadores realizaron un exhaustivo análisis de los datos, llegando a reveladores descubrimientos:
"En concordancia con nuestras predicciones iniciales, pudimos confirmar que los participantes sanos, tras la inducción de lesiones reversibles mediante EMTr en la región frontal media izquierda del cerebro, exhibieron efectos más pronunciados de intención hacia la derecha en una tarea de interacción mente-materia en comparación con los participantes sin lesiones inducidas por EMTr...
De esta manera, logramos replicar de manera consistente los resultados previos obtenidos con dos participantes que presentaban lesiones cerebrales...
Estos hallazgos, que se mantienen sólidos a través de diversas patologías cerebrales en pacientes neurológicos y en participantes sanos con lesiones cerebrales reversibles inducidas por EMTr, respaldan la idea fundamental de que el cerebro cumple una función de filtro para inhibir la PSI. Además, se destaca que la región frontal media izquierda, que engloba una o más de las áreas de Brodmann 9, 10 y 32, emerge como un componente anatómico clave de este mecanismo regulador".
Adicionalmente, los investigadores sugieren que sus descubrimientos podrían indicar un posible mecanismo neuroanatómico para las manifestaciones de PSI en diversas circunstancias, como por ejemplo, durante el consumo de psicodélicos, donde la psilocibina podría provocar una reducción del flujo sanguíneo cerebral en el córtex prefrontal medial.
No obstante, las conclusiones del estudio presentan una advertencia sustancial. El artículo destaca:
"Este efecto significativo solo se evidenció después de aplicar un procedimiento de ponderación post-hoc en concordancia con nuestra hipótesis general...
Aplicamos este procedimiento en el análisis estadístico ante la expectativa de que la inhibición neural debida a la EMTr disminuyera con el tiempo".
De manera específica, para considerar una disminución anticipada en la inhibición neural, se asignó un mayor peso a los ensayos de intención más tempranos, es decir, aquellos más cercanos en el tiempo a la estimulación, en comparación con los ensayos más tardíos.
No obstante, enfatizan que,
"independientemente de si establecemos el punto medio de la reducción en torno a la transición entre la primera y la segunda serie de 500 ensayos de intención, alrededor del ensayo 300 o alrededor del ensayo 700, el efecto de interacción mente-materia tras la lesión inducida en el frontal medio medial izquierdo resultó significativo".
En este sentido, nuestros descubrimientos parecen ser robustos, sin importar cómo se implemente la ponderación.
No obstante, es plausible que los escépticos cuestionen esta ponderación post-hoc, considerándola una posible debilidad y planteando la interrogante de por qué no se optó por sesiones más cortas si se anticipaba este efecto.
A pesar de estas consideraciones, los investigadores del estudio sostienen que sus resultados obtenidos en participantes sanos con lesiones cerebrales reversibles inducidas por EMTr son potencialmente transformadores en nuestra comprensión de las interacciones entre el cerebro y eventos aparentemente aleatorios.
Estos resultados replican hallazgos previamente publicados en individuos con daños en los lóbulos frontales, respaldando la noción de que el cerebro funge como un filtro para bloquear los efectos PSI.
Esta perspectiva puede arrojar luz sobre la razón por la cual estos efectos son tan sutiles y difíciles de reproducir en individuos sanos, proporcionando así una contribución significativa al campo de estudio de las interacciones mente-materia.
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